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Grelina y la regulación del apetito

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¿Cuál es la grelina?

La grelina, a menudo llamada la «hormona del hambre», es una hormona peptídica que desempeña un papel crucial en la regulación del apetito y la energía en el cuerpo humano. Descubierta en 1999 por Kojima y sus colegas, ha sido objeto de numerosos estudios debido a su impacto en el peso corporal y el metabolismo.

Papel esencial de la grelina

La grelina actúa principalmente estimulando el hambre. Se genera sobre todo en el estómago, pero también puede formarse en el intestino delgado, el cerebro y otros órganos. Cuando el estómago no tiene comida, las células estomacales liberan grelina en la sangre. Esta hormona se dirige al cerebro, especialmente al hipotálamo, mandando señales que avisan que es momento de alimentarse.

La grelina incrementa no solo el hambre, sino que también facilita la acumulación de grasa. Esto implica que tiene un rol crucial en el uso y almacenamiento de energía en el organismo, lo que puede afectar el peso de una persona.

La grelina y el control del peso

Estudios han demostrado que las personas con niveles altos de grelina tienden a comer más y a ganar más peso. Por el contrario, aquellos con niveles más bajos de esta hormona tienden a tener un menor apetito. Por lo tanto, la grelina es una diana potencial en la búsqueda de tratamientos para la obesidad y otros trastornos relacionados con el metabolismo.

Tomemos, por ejemplo, un estudio realizado en 2012 que investigó los efectos de la grelina en pacientes sometidos a cirugía bariátrica, específicamente el bypass gástrico. Se encontró que estos pacientes tenían niveles significativamente reducidos de grelina post-cirugía, lo que contribuía a una disminución del apetito y, por ende, una pérdida de peso sostenida.

Vínculo entre la grelina y las hormonas del estrés

Curiosamente, la grelina también está relacionada con la regulación del estrés. Durante situaciones estresantes, los niveles de grelina pueden aumentar. Existe evidencia de que esta hormona tiene un efecto modulador sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, influenciando la liberación de hormonas del estrés como el cortisol. En estudios realizados en animales, el aumento de grelina ha demostrado tener propiedades ansiolíticas, sugiriendo una conexión compleja entre el hambre y las emociones.

Consecuencias para el bienestar psicológico

La interrelación entre la grelina y el estado emocional es un campo emergente de investigación. Se ha propuesto que la grelina pueda desempeñar un papel en trastornos como la depresión y la ansiedad al influir en el comportamiento alimentario en respuesta al estrés emocional. Un artículo de revisión publicado en 2015 en «Neuropharmacology» planteó la hipótesis de que la regulación de la grelina podría tener aplicaciones terapéuticas en el tratamiento de estos trastornos.

Aspectos nutricionales y hábitos

La regulación de la grelina puede ser afectada por determinados hábitos dietéticos y el sueño. Una investigación hecha con adultos descubrió que la carencia de sueño puede incrementar los niveles de grelina, lo que podría en parte clarificar por qué la falta de sueño se relaciona con ganar peso.

En términos de dieta, se sugiere que consumir comidas ricas en proteínas puede disminuir la secreción de grelina más eficazmente que aquellas ricas en carbohidratos o grasas, ayudando a controlar el apetito más eficazmente a largo plazo.

Analizar la grelina nos invita a contemplar la complejidad del organismo humano y cómo leves alteraciones hormonales pueden influir significativamente en nuestro comportamiento y salud cotidiana. Comprender y gestionar correctamente la grelina podría dar paso a innovadores métodos para abordar problemas como la obesidad, el estrés y trastornos mentales asociados. Este ámbito sigue siendo una frontera activa en la investigación biomédica, brindando nuevas posibilidades para elevar la calidad de vida mediante métodos personalizados y enfocados.

Por Otilia Adame Luevano

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