La candidata presidencial y actual vicepresidenta del Partido Demócrata, Kamala Harris, ha anunciado su plan para construir tres millones de nuevas viviendas durante su mandato de cuatro años. Además, propone un incentivo fiscal para quienes quieran su primera vivienda, sujeto a la aprobación de sus funcionarios de campaña, antes de presentar su programa económico en Carolina del Norte.
Harris también ha prometido un bono de 25.000 dólares para los estadounidenses que compren su primera vivienda. Esta iniciativa refleja su atención a las preocupaciones del electorado, ya que, según encuestas recientes, el coste de la vivienda y los elevados tipos de interés de las hipotecas son dos de los principales problemas a los que se enfrenta la población.
Los planes de Harris son consistentes con las políticas de vivienda que Joe Biden propuso durante su administración, que incluyeron la construcción de dos millones de viviendas. Sin embargo, Harris enfrenta importantes desafíos debido a las condiciones del mercado inmobiliario, que se ven afectados por tasas de interés y ofertas limitadas.
Además, destacó que la especulación con los precios de los alimentos es otra preocupación crítica. Harris se comprometió a implementar una prohibición federal contra el aumento de los precios de los alimentos, otorgando a las autoridades federales nuevos poderes para actuar en situaciones de precios excesivos. Busca que esta prohibición se promulgue dentro de sus primeros 100 días en el cargo y plan que la Comisión Federal de Comercio imponga severas sanciones a las empresas que violen estas nuevas regulaciones.
En resumen, el programa económico de Kamala Harris parece alinearse con el enfoque de su predecesor, Joe Biden, y sugiere una inclinación hacia políticas más socialdemócratas y un liberalismo convencional.